martes, 28 de abril de 2009

Comentábamos banalidades junto a la fotocopiadora, mientras esperaba mi turno. Alguien anunció la llegada de un joven nuevo compañero a la editorial, que, vaya por Dios, era de Béjar. Dije que nos acabaríamos por venir todos a la capital. Ella, desde la ventana, dio en el clavo: "Se vendrán hasta los hombres de hierba esos que tenéis allí".

No hay comentarios:

Publicar un comentario